Hoy
vamos a cocinar un plato fresquito y fácil de hacer que nos servirá
para combatir los calores del verano.
El
calabacín está compuesto en su mayor parte de agua, un 95%. Este
alimento no tiene ningún contenido calórico, por este motivo es
altamente benéfico para el organismo.
El
calabacín es una verdura ideal para las personas que desean bajar peso, esto se debe al contenido abundante de fibra y sus escasas
calorías, contiene una muy buena cantidad de minerales y
oligoelementos, fósforo, potasio, magnesio y calcio.
Ingredientes:
- Calabacín
- Cebolla tierna
- Huevas de arenque
- 1 caldito
- Sal en escamas
- “Nata vegetal”
Pasos
a seguir:
Lavamos
un calabacín de tamaño medio, si son pequeños dos, troceamos y lo
ponemos en una cazuela. Troceamos la cebolla tierna y la añadimos a
la cazuela, un vaso de agua y un caldito de pollo. Lo ponemos
al fuego y dejamos cocer unos 15 minutos, hasta que la cebolla esté
transparente.
Dejamos
que se enfríe y lo pasamos al vaso de la trituradora y trituramos.
Si
queremos que la textura sea más suave, más fina, lo pasamos por el
chino. Añadimos la “nata vegetal” removiendo, y dejamos enfriar
en la nevera.
A
la hora de servir, ponemos la crema en un cuenco o en un vaso y
decoramos con unas huevas de arenque y unas escamas de sal. Las huevas y la sal le darán un sabor y una textura
única.
El calabacín es mejor no pelarlo, pues pierde muchas de sus propiedades.
La
nata vegetal es el sustituto perfecto de la nata derivada de la
leche.
¿Cuánta
“nata” ponemos? Al gusto, pero sin pasarse, con un brik de los
pequeños tenemos más que suficiente, entre 100 y 200 ml.
Si
te gusta más el color salmón, puedes utilizar huevas de salmón o
de trucha. También le dan un sabor espléndido.
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